Una Europa Alemana es un libro del sociólogo y filósofo alemán Ulrich Beck que ofrece un análisis crítico sobre la influencia y el papel de Alemania en la Unión Europea. En esta obra, Beck explora la idea de que Alemania, debido a su poder económico y político, ha moldeado la integración europea de una manera particular. Argumenta que la unificación europea ha sido un proceso impulsado por Alemania, lo que ha resultado en una Europa alemana en términos de su estructura económica, política y social. La sinopsis del libro sugiere que Beck examina las consecuencias de esta dinámica en la estabilidad y la cohesión de la UE, especialmente en momentos de crisis. Aborda temas como la crisis del euro, la migración y la búsqueda de una identidad europea común. Beck cuestiona si la Europa unificada es realmente una entidad equilibrada o si está inclinada hacia los intereses alemanes, y explora las implicaciones de esta situación para el futuro de Europa. La obra invita a una reflexión sobre la necesidad de una mayor solidaridad y cooperación entre los estados miembros para crear una Europa más equitativa y sostenible. Beck propone una visión de una Europa que trascienda las fronteras nacionales y se convierta en un actor global significativo.